jueves, 9 de abril de 2009

ABRIENDO SUEÑOS

Era verano...Oh dios, como recuerdo aquella noche. Era verano, para variar una calurosa noche de verano, y como rutinariamente, era la decimoquinta vez que cambiaba de posición para intentar dormir. Así que, me incorporé y me senté en el borde de la cama, desde la cual podía ver la ventana con vistas al jardín. Había que admitir, que jamas había cuidado muy en serio el jardín, pero esa noche se veía hermoso, desprendía paz y tranquilidad. También podía observarse la Luna, que esa noche menguaba hacia la izquierda, casi imperceptible ya, como la última fase de un eclipse.

Observé que Miel, mi gata, ronroneaba dormida a escasos metros de mi cama, en una cestita de mimbre muy cómoda que le compré hacia un par de años. Ahí se encontraba ella, con su pelaje naranja y estrías amarillas. Enroscada con su cola, dormía plácidamente. Me levanté, pues me di cuenta que esa noche no conseguiría dormir, entré en la cocina donde aún estaban los restos de la cena sin fregar, y todo patas arriba. Abrí el frigorífico, cogí una botella de leche y puse un poco en un vaso. Tras beberlo, fui al salón, esperando encontrar algo con lo que entretenerme. Quizá un libro, una revista o simplemente la televisión... pero me encontré con que tras dos horas buscando y medio leyendo cada vez mi mente se despejaba mas. Sin mas, me cambié de ropa para ponerme algo, puesto que aún seguía en ropa interior, cogí las llaves y salí a dar un paseo.

Eché a andar, sin un rumbo fijo, observando la tranquilidad de las calles, disfrutando de la leve brisa que comenzaba a levantarse. Seguí caminando sin parar, y tras quince minutos de inagotable camino, algo llamó mi atención en el parque de robles, situado casi a las afueras de la ciudad. Fue una luz pequeña, pero refulgente. A veces atenuada, como si centellease o se agitase. No tenia nada mejor que hacer, así que decidí echar un vistazo rápido. A medida que me acercaba, la luz se hacia mas y mas grande e intensa. Hasta que por fin, encontré su naturaleza... Me quedé extrañado y sorprendido, pues un grupo de mujeres semi-desnudas reían, cantaban y bailaban entre unas y otras. Y ellas eran las que emitían ese hermoso resplandor de color verde azulado. Pero sus voces... esas melodiosas voces armonizaban con frases del tipo "...canto de acero del bosque, brisa fresca del son. Cantemos con orgullo hermanas, demos a los faunos la voz."

Quedé maravillado escuchándolas cantar o viéndolas bailar, aunque en un principio no supe quienes eran. Por su apariencia y lo poco que leí, pude deducir que se trataban de Ninfas. Pero eso era prácticamente imposible, las Ninfas son seres mitológicos y de fantasía, ¿cómo podían existir? Realmente no lo supe y jamás lo sabré, pero ese momento era precioso e inolvidable. Tras un largo rato contemplando la escena, una de las "Ninfas" se percató de mi presencia. Armoniosamente, se me acercó me otorgó un delicado beso en la mejilla, cogió mi mano y me llevó junto a ellas, para verlas desde mas cerca. Tenia en su pelo, un pasador color ámbar con forma de hoja de roble, que me llamó muchisimo la atención. Todas parecían jóvenes, diría que chicas jóvenes de 18 años aproximadamente, pero todas ellas de una gran belleza. Por supuesto, le pregunté quienes eran, y susurrando, casi como un silbido me dijo: "Somos hijas de los árboles, señoras de los bosques... Somos Nemorias, descendientes de las Ninfas."

Nemorias, un precioso nombre, para unas preciosas mujeres. Pero, mi curiosidad no cesaba ahí. Quise saber mas, que significaba el nombre, que estaban haciendo, todo... Pero antes de abrir la boca, volvió a acercarse a mi oído para explicármelo todo.

- Las Ninfas, antiguamente eran el propio bosque, nosotras descendemos de ellas. Tras su largo letargo, su corazón y vitalidad se fueron apagando, pero hubo unas pocas que guardaron su corazón en los bosques. Y de ahí viene nuestro nombre. Bosque se dice Nemoris en latín, nosotras fuimos bautizadas como Nemorias, porque nacimos del corazón de las Ninfas de los bosques. Cada Luna llena, cambiamos de apariencia y dejamos de ser simples chicas, para llamar a los espíritus del bosque. Y tú, eres nuestro Dindene. Como nuestra inspiración. Hoy que por fin has llegado, nuestro hechizo funcionará.

Y me volvió a regalar con un beso, esta vez en los labios. Su beso, fue cálido y a la vez frío. Sentí el sabor que entra en nuestra mente con la llegada de la primavera, un olor dulce y un sabor sencillamente bello. La Nemoria volvió a unirse al grupo, y continuaron bailando. Poco a poco, el refulgente brillo fue tomando una actitud mas vivaz. Comenzaron a aparecer pequeñas hadas, se arremolinaban alrededor un montón de animales, algunos que desconocía, y otros ostentosos a la par que bellos como algunos ciervos. De repente vi como se acercaban unos hombres, pero vi algo extraño en ellos, no eran hombres normales, no al menos de cintura para abajo. Ciertamente, eran los Faunos a los que llamaban en sus canciones. Los Faunos, comenzaron a tocar melodiosas y divertidas canciones con sus flautas de pan, y ahora que las Nemorias habían dejado de cantar, comenzaron a bailar al ritmo de las canciones. Los animales y hadas de alrededor parecían alegres, pues se unieron a su causa bailando o trotando a su alrededor. Realmente fue todo un espectáculo maravilloso.

Jamás pensé que quedarme sin dormir una noche, me haría conocer criaturas que no creí conocer, y que hasta el momento daba por imaginarias. De nuevo, la Nemoria de antes, se me acercó, me agarró de la mano para ponerme en pie. Me dio un abrazo, otro beso en la mejilla y me llevó junto a los demás a bailar. Me sentí lleno de alegría, de vitalidad, sentí rejuvenecer, recordando momentos cuando solo tenia 6 años. Hasta que de nuevo, me volvió a besar en los labios, salvo que esta vez, no fue un beso ligero. El beso se hizo mas y mas intenso, sentí como agarraba mi mano y la cogía con fuerza. Y cuando terminó de besarme, me susurró de nuevo.

- Debes marcharte. No puedes estar aquí. (Me sentí extraño, hacia un momento me dijo que yo era la inspiración de ellas. Le pregunté que porqué, que se debía el deber marcharme. Su respuesta, aún clavada en mi cabeza no la podré borrar de mi mente nunca). Estoy enamorada de ti...

Cuando volvió a besarme, todo se hizo oscuro. Abrí los ojos, y allí me encontraba tumbado en mi cama boca arriba. Estaba durmiendo, solo fue un sueño. Noté que en mi mano, había algo, la abrí, y ahí estaba el pasador de color ámbar con forma de hoja de roble. Lo coloqué en la almohada, y sonriendo, volví a dormirme.

Al día siguiente, fui al trabajo. Y para sorpresa de todos, llegó una nueva chica a la plantilla. Era alta y pelirroja. Y en su pelo, un pasador color ámbar con forma de hoja de roble, brillaba en mitad de la sala. Me acerqué a ella, le pregunté por el pasador. Y su respuesta fue.

- ¿Este pasador?, lo hemos ido heredando las mujeres de mi familia. Fue tallado a mano, y es único en el mundo. ¿por qué lo preguntas? Por cierto, me llamo Nemoria, significa bosque en latín ¿y tú?...

3 comentarios:

  1. Dios, qué bonita la historia, además me encantan las hadas, ninfas y otros seres traviesos y hermosos de la naturaleza...
    Saludos y que te dure mucho este blog ;D!!!

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  2. Es muy bonita ésta historia nene...!!!! Me ha encantadooo!!! Sobretodo tratándose de seres mitológicos, ya lo sabes que éstos temas me encantaaaan!!! :P
    Deseo que éste blog dure por mucho tiempooo!!
    TE QUIERO NENEEEE!!! (K)(K)(K)

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  3. Hola...que decir,pues como los demás...que me ha encantado,y también como los demás(de nuevo) que me encantan los animales mitológicos,ya sabes que me quiero hacer un tatuaje de un duende y otro de una hada:D,sin más...decirte que desde que en la historia llegas a verlas,he empezado a leer sin parar de sentir escalofrios(puede que sea porque toy con el pelo mojado,el albornoz y poco más...,pero no creo).
    Eres sueño de toda inspiración me encanta como escribes y tu gran imaginación,tu expresión...(te aseguro que no te digo esto por que seas mi amigo)...venga peke un besito^^

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